Barbie and I
Si en la biblia de Barbie "Dressing Barbie" de Carol Spencer sería como el Nuevo Testamento "Barbie and I" sería como el Antiguo. La forma en la que Fumiko Miyatsuka lo relata, la descripción costumbrista del Japón de los 50 y los contrastes de la época entre Japón y América tienen a Barbie como punto de anclaje y tejen una historia deliciosa y tampoco falta de aspectos técnicos.
Si todavía no la conocéis, Fumiko Miyatsuka fue la asistente de Charlotte Johnson durante el año que vivió en el Hotel Imperial de Tokio para crear los 22 vestidos y un bañador que conformarían el primer vestuario de Barbie.
Siguiendo el consejo de su madre Fumiko aprendió a coser para poder ganarse la vida y eso le valió un puesto en la Kokusai Boeki Kaisha Ltd cuando acompañó a una amiga a hacer una prueba. De ahí a recoger a Charlotte Johnson en el aeropuerto de Haneda con las testas coronadas de la empresa pasaron apenas unos días y pese a que Fumiko recuerda que se hizo con cinco diccionarios porque ella no hablaba inglés ni Charlotte japonés, al final no le hicieron falta pues se entendieron de maravilla desde el primer momento de otras formas. Trabajaron duro pero como Fumiko dice "cada día era divertido" y a pesar de esa barrera idiomática Charlotte y ella se hicieron buenas amigas.
Fumiko trabajaba en el hotel de 9:00 a 17:00 y después de eso se iba a las oficinas de la Kokusai Boeki para seguir trabajando hasta que pasaba el último tren hacia su casa y, aunque habla del machismo que sufrió por parte de los hombres de la compañía, siempre elogia al presidente que la esperaba para acompañarla en coche a la estación y de los americanos Seymour Adler y Frank Nakamura quien sería amigo de su "Fumi Chan" para siempre.
Todo lo que Fumiko aprendió de Charlotte la ayudó a establecer su propia empresa de ropa de muñecas Miyatsuka Sewing y atesoró bien los regalos que recibió de su amiga americana que "parecía la encarnación de Barbie en sí misma", entre ellos los modelos que hicieron juntas aquel año de cuya creación explica anécdotas entrañables y llenas de ingenio.
Fumiko relata cómo tejió la muestra del Twin Set en su casa, de noche, con mucha calor y frente a una mosquitera rodeada de arrozales o que un día se estaba lavando las manos después de trabajar y pensó que la boca del grifo tenía la medida de la cabeza de Barbie así que cogió un poco de tela y Yamato Glue y sacó el molde que después se convertiría en el sombrero del Picnic Set. Charlotte no podía estar más contenta y quiso probarlo en más cosas así que enformaron también un bol de arroz para niños que había en el menaje de la habitación y así nació el sombrero del Suburban Shopper.
Barbie marcó la vida de Fumiko y ella dejó una huella imborrable en una Barbie que nunca pudo olvidar y de la que tiene, si no una de las más grandes colecciones probablemente sí una de las más interesantes.
by The Barbiest